2021-2022, un Jacobeo
por partida doble
por partida doble
Once años ha tenido que esperar la ciudad de Santiago de Compostela para celebrar su Año Santo, desde que en 2010 la festividad del Apóstol cayera en domingo. Sin duda, este ha sido un Jacobeo muy singular ya que su duración ha duplicado la habitual, extendiéndose 12 meses más
Se denomina Jacobeo (Xacobeo, en gallego) o Año Santo Compostelano a aquel en el que el 25 de julio, festividad del Apóstol Santiago, coincide en domingo; un evento que se produce cada 5 o 6 años y, a veces, incluso cada 11, y cada siglo sucede en 14 ocasiones.
Los inicios del Jacobeo se remontan al año 1122, fecha en el que se colocó la última piedra de la catedral de Santiago. El papa Calixto II, proclamó que 1126 sería el primer Año Jubilar, pero no se estableció tal y como lo conocemos actualmente hasta 1178, cuando el papa Alejandro III declaró que este privilegio sería perpetuo.
En los Años Santos se concede la indulgencia plenaria o perdón de los pecados; es lo que se llama ganar el jubileo. Para lograrlo, los fieles deberán cumplir una serie de condiciones que consisten en visitar la catedral de Santiago y rezar y recibir los sacramentos de la penitencia y la comunión; en los quince días anteriores o posteriores a la visita de la catedral. Es costumbre, además, que los peregrinos accedan al templo atravesando la Puerta Santa, que se abre para la ocasión.
Como consecuencia de la pandemia mundial de COVID-19 y con la finalidad de que todos los visitantes que acudiesen a Santiago lo hicieran de forma segura, el pueblo gallego encabezado por el arzobispo compostelano, monseñor Barrio, realizó la petición a la Santa Sede de alargar el Jacobeo un año más.
La respuesta del Vaticano llegó el 31 de diciembre de 2020, confirmando la extensión del Año Santo de manera excepcional hasta el 31 de diciembre de 2022. Una grata noticia que se hizo pública coincidiendo con la ceremonia de apertura de la Puerta Santa.
El acto tuvo lugar bajo estrictas medidas de seguridad. Pero estas restricciones no supusieron un obstáculo para que el arzobispo compostelano inaugurase el Jacobeo golpeando tres veces el muro que tapia la Puerta Santa con un martillo de plata, un gesto que refleja la dureza del Camino.
No es la primera vez en la historia que se produce un bienio jacobeo. Ya en 1937, el papa Pío XI concedió la prórroga del Año Santo durante todo el año 1938 con motivo de la Guerra Civil española.
Una catedral renovada
El inicio del Jacobeo 2021-22 coincidió con la finalización de las obras de restauración de la catedral, que han durado una década. Una rehabilitación integral y minuciosa que ha permitido que el templo recobre el esplendor de antaño.
La restauración del Pórtico de la Gloria, que por fin ha podido reestablecer gran parte de su colorido original, ha sido uno de los mayores hitos de este trabajo junto a la recuperación de las pinturas de los techos de la capilla mayor.
Por fin los peregrinos han tenido la oportunidad de inmortalizar, su llegada a la plaza del Obraidoiro sin que esta imagen se vea empañada por los andamios que han cubierto la bella fachada barroca durante todo este tiempo.
Una de las grandes novedades que trajo este Jacobeo tan especial es que la Puerta Santa se mantuvo abierta un total de 24 meses y no los 12 habituales. También regresaron algunos de sus rituales más conocidos y esperados, como el vuelo del Botafumeiro, un gran incensario utilizado desde la Edad Media para purificar el templo.
Asimismo, tras su restauración, la catedral puede ser recorrida en grupos reducidos en horario nocturno. Cabe resaltar que el Jacobeo 2021-22 ha sido calificado como un acontecimiento de excepcional interés público y ha supuesto dos años llenos de celebraciones y actividades que han atraido hasta Santiago de Compostela a miles de visitantes.
Exposiciones, concursos, carreras, cursos, representaciones, encuentros con intelectuales, peregrinaciones juveniles, han sido algunas de las actividades que han formado parte de la agenda de este Año Santo. Mención especial merecen los festivales musicales como O Son do Camiño, con artistas de primer nivel, o el Resurrection Fest, en Viveiro, un referente para los amantes de la música metal, punk y hardcore. Además, la Xunta de Galicia creó la marca «Fest Galicia» para promocionar el territorio gallego como destino musical, acogiendo diversos festivales como Atlantic Fest, Sinsal Son Estrella Galicia, Festival de la Luz, entre otros.
El Camino de Santiago es un compendio de experiencias. Espiritualidad y religión se entremezclan con experiencias compartidas, solidaridad, vivencias, historia y cultura, sin dejar a un lado los maravillosos paisajes que acompañan al peregrino a lo largo de su recorrido.
La peregrinación a Santiago
El Año Santo es un momento de gran importancia para los creyentes y supone la culminación de todos los valores que representa el Camino de Santiago. Son muchos los viajeros que aprovechan esta ocasión tan especial para llevar a cabo su peregrinación.
Las razones para emprender el viaje son diversas y van desde el deseo de ver mundo a un precio muy asequible, el interés patrimonial de la ruta, conocer la cultura gallega o practicar deporte, hasta la superación personal o la fe.
Para aquellos cuya motivación es religiosa, el objetivo principal es conseguir el certificado Compostela, un diploma extendido por la Oficina del Peregrino que acredita que se ha hecho la ruta por motivos religiosos. El viajero deberá recorrer los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo, y 200 si es en bicicleta. Además, tendrá que mostrar la credencial oficial de peregrino, una especie de pasaporte del Camino de Santiago con uno o más sellos diarios de los albergues o las parroquias en las que ha estado.
Tradicionalmente el recorrido se ha realizado caminando, pero cada vez son más los que se desplazan en bicicleta o a caballo. Exige una cierta forma física por lo que es recomendable una preparación previa en las semanas anteriores y descanso nocturno y buena alimentación e hidratación durante la ruta. Es importante que todos colaboren en su protección y conservación ya que en ella convergen patrimonio histórico, cultural y natural.
Todos los trayectos están indicados, en mayor o menor medida.
En un principio se utilizaban flechas amarillas a las que posteriormente se añadieron hitos o mojones de piedra y hormigón en los que se pueden ver la mencionada flecha, la famosa vieira o la distancia en kilómetros hasta Santiago. Todos estos símbolos forman ya parte de la historia de la ruta jacobea.
Cada etapa supone un nuevo reto para el caminante y las diferentes emociones se combinan de maneras inimaginables. Tras un duro camino que comienza muy temprano, poder llegar al albergue, reponer fuerzas, disfrutar del menú del peregrino, al tiempo que se comparten experiencias y anécdotas con otros viajeros, es sin duda una gran recompensa al esfuerzo realizado. La Red de Albergues acompaña al viajero a lo largo de su recorrido. Basada en el modelo de la antigua red de hospitales medievales cuenta actualmente con 70 centros y más de 3.000 plazas públicas. Pasar la noche en uno de estos alojamientos constituye una vivencia indispensable.
Las diferentes rutas
Son múltiples las opciones que tiene el peregrino a la hora de acometer esta aventura. Si tú también estás interesado en realizar el Camino de Santiago en este Jacobeo 2021-22, te invitamos a descubrir los diferentes recorridos.
El Camino Francés es la ruta por excelencia. Presenta dos variantes, dependiendo del punto por el que se entre desde Francia. En el Camino Francés tradicional, los peregrinos recorren por tierras españolas cerca de 800 kilómetros atravesando las provincias de Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y A Coruña. Con una media de 20-25 kilómetros en cada etapa, suelen emplearse unos 30 días para completarlo.
Estas son las distintas etapas de este camino: Roncesvalles, Pamplona, Puente La Reina, Estella, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Castrogeriz, Carrión de los Condes, Frómista, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada, y posteriormente se entra a territorio gallego por O Cebreiro, pasando por Samos, Sarria, Portomarín, Palas de Reis, Melide, Arzúa y, por fin, Santiago.
Alto do Poio (Piedrafita do Cebreiro), es el punto más alto del Camino Francés
La otra variante entra desde Francia por Somport, territorio aragonés, y continúa por las provincias de Huesca, Zaragoza y Navarra hasta llegar – tras 6 días y 167 kilómetros – a Puente La Reina, donde se une al Camino Francés tradicional.
El Camino a Finisterre es el único que comienza en sentido inverso, es decir, Santiago es el punto de partida. Es imprescindible en esta ruta la visita del Santo Cristo de Fisterra y el Santuario de A Barca, en Muxía.
El itinerario del Camino del Norte transcurre por Hendaya, pasando por Donosti, Zarautz, Guernika, Bilbao, Laredo, Santander, Santillana del Mar, Comillas y Llanes, hasta llegar a Ribadesella. A partir de este punto se pueden tomar dos variantes, una interior, por Oviedo (donde enlaza con el Camino Primitivo) o la costera, por Avilés y Luarca, hasta entrar a Galicia por Ribadeo, Mondoñedo, Vilalba y Sobrado, finalizando en Santiago.
El Camino Primitivo, toma su nombre de la ruta que siguieron los primeros peregrinos procedentes de Oviedo, la misma que condujo al rey Alfonso II el Casto hasta la tumba del Apóstol, en el primer tercio del siglo IX.
Fue muy popular hasta el siglo X, momento en el que se afianza el actual Camino Francés desde León. Sin embargo, siguió considerándose una importante alternativa para aquellos viajeros que querían visitar la Cámara Santa de San Salvador de Oviedo y la catedral de Lugo. Comienza en Oviedo, pasando por Tineo, Grandas, A Fonsagrada, Lugo, Palas de Reis, hasta enlazar con el actual Camino Francés.
El Camino Inglés tiene dos vertientes, desde Ferrol (pasando por Pontedeume, Miño, Betanzos, Abegondo y Ordes) y desde A Coruña (recorriendo Culleredo, Cambre, Carral y Ordes) hasta llegar a Santiago.
El Camino de Invierno recorre algo más de 200 km atravesando las cuatro provincias gallegas. Es la entrada natural a Galicia desde la meseta. Comienza en Ponferrada siguiendo el curso del río Sil por Valdeorras (Ourense). Posteriormente pasa por el sur de la provincia de Lugo y continúa por Deza (Pontevedra), hasta llegar a Santiago.
La Vía de la Plata es la ruta más larga y supone una prolongación de la calzada romana que atravesaba el oeste peninsular comunicando las ciudades de Mérida y Astorga. En el siglo XIII, esta vía fue reutilizada por los peregrinos andaluces y extremeños que podían elegir entre continuar hasta Astorga, enlazando con el Camino Francés o tomar el camino a Santiago por la desviación de Puebla de Sanabria a Ourense.
Se conoce como Camino Portugués, a la ruta que une Lisboa con Santiago de Compostela. Parte de la capital lusa pasando por Santarém, Coimbra, Oporto, Barcelos, Ponte de Lima, Valença do Minho, Tui, Pontevedra y Padrón. Utilizado ya en la Edad Media, en la actualidad es el segundo camino en número de visitantes.
Una variante de esta ruta discurre paralela a la costa atlántica desde la ciudad lusa de Oporto, cruzando el río Miño por A Guarda y después de Vigo enlaza en Redondela con el Camino Portugués
El itinerario Jacobeo del Mar de Arousa y Río Ulla, es una ruta marítimo-fluvial por la Ría de Arousa y el río Ulla que conmemora la llegada a Galicia por mar del cuerpo del Apóstol. El recorrido comprende las siguientes etapas: Sanxenxo, O Grove, Cambados,Vilanova y Vilagarcía de Arousa, Catoira,Pontecesures, Padrón y Santiago; o entrando por Ribeira: A Pobra, Boiro, Rianxo y Pontecesures.
Inicios del Camino
Desde que en el siglo IX se produjese el descubrimiento de la tumba de Santiago el Mayor en el monte Libredón, el Camino ha vivido épocas doradas y momentos de declive. Este acontecimiento provocó que un pequeño asentamiento romano se trasformase en uno de los lugares más visitados del mundo. El primer peregrino conocido fue el soberano Alfonso II el Casto, de Oviedo, quien mandó construir una pequeña iglesia de estilo asturiano. Posteriormente fue el rey Alfonso III, quien se encargó de la construcción, en el año 899, de un nuevo templo mucho más ambicioso que supuso el origen de la actual catedral y de la ciudad de Santiago.
El definitivo reconocimiento del Camino como la gran ruta de peregrinación tuvo lugar en el siglo XII con la concesión por parte de Calixto II de los Años Santos Compostelanos, ofreciendo la indulgencia plenaria a quienes peregrinasen hasta la tumba del Apóstol.
La peregrinación a Santiago fue uno de los acontecimientos religiosos y culturales más relevantes en la Edad Media, un hecho reconocido por parte del Parlamento Europeo, que designó al Camino como Primer Itinerario Cultural europeo, y por la Unesco, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
Incluso antes de que naciera la idea de Europa como continente, el Camino de Santiago fue determinante para sentar sus bases gracias al intercambio de conocimientos y culturas que se produjo a lo largo de su recorrido y que convergió en la ciudad de Santiago.
Sin embargo, su historia ha estado ligada a las pandemias, un factor clave en el declive de esta ruta. La ‘peste negra’ se cobró la vida de 50 millones de europeos en el siglo XIV, y a comienzos del siglo XX tuvo que hacer frente a la ‘gripe española’.
También el humanismo y la Inquisición restaron muchos caminantes, así como las múltiples guerras europeas. La Revolución Francesa o la invasión de España por las tropas napoleónicas motivaron un nuevo descenso en el número de peregrinos a finales del siglo XVIII.
Con la Guerra Civil Española se produjo una nueva crisis que se mantuvo durante años con una Europa sumida en dos guerras mundiales y posteriormente con la “guerra fría”.
El impulso definitivo llegó con la peregrinación del papa Juan Pablo en 1982 y, actualmente, esta ruta de peregrinaje continúa atrayendo a miles de visitantes cada año.
En 2019, llegaron a Santiago 347.578 caminantes, procedentes de 189 países. Este éxito internacional se frenó en seco en marzo de 2020 con la llegada del COVID-19. En junio, la Ruta Jacobea comenzó a reactivarse y la campaña estival se cerró con 29.564 ‘compostelas’.
En el verano de 2021 se volvieron a batir cifras récord. Solo en agosto se entregaron 44.000 ‘compostelas’; un hecho que volvió a situar a Santiago como referente turístico internacional.
Paisajes de singular belleza, aldeas de montaña, villas marineras y ciudades monumentales. No hay duda de que Galicia no es sólo Camino de Santiago.
Posee 1.300 kilómetros de costa con impresionante acantilados y más de 700 playas. Asimismo, cuenta con diversos archipiélagos, como el de las islas Cíes, el de Ons y el de Sálvora; y 6 parques naturales: Fragas do Eume, Corrubedo e lagoas de Carregal e Vixán (A Coruña); O Invernadeiro, Serra da Enciña da Lastra y Baixa Limia-Serra do Xurés (Ourense); y Monte Aloia (Pontevedra).
Además, presume de 7 ciudades de gran personalidad: Lugo y sus murallas y Ourense, con sus termas, son las ciudades romanas por excelencia. La monumental Santiago, es el símbolo de la peregrinación mundial. Pontevedra y sus edificios de piedra; A Coruña, con grandes atractivos como su paseo marítimo o su casco histórico; Vigo, ciudad portuaria marinera, con un gran patrimonio histórico; y Ferrol, con uno de los mejores puertos naturales de Europa y sus edificios modernistas.
Galicia posee también 4 sitios declarados Patrimonio Mundial. El primero fue el casco histórico de Santiago y su catedral. Posteriormente, se le unieron el Camino de Santiago, las murallas romanas de Lugo y la Torre de Hércules, el faro en uso más antiguo del mundo, en A Coruña.
Otro de sus grandes atractivos es la gastronomía, en la que el marisco es protagonista, pero también presenta una amplia oferta de carnes y pescados y magníficos vinos de 5 denominaciones de origen: Rías Baixas, Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y Monterrei.
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