Costa Rica es la meca del buen vivir. Su omnipresente “¡pura vida!” lo escucharás en cada esquina. Pero es precisamente cuando comienzas a explorar el país cuando sientes el significado real de esta expresión utilizada a modo de saludo por los ticos. Y es que su riqueza natural estimula todos tus sentidos. A tus oídos llega como si de una banda sonora se tratase los sonidos de aves como los colibrís, los quetzales, los tucanes o los guacamayos y de aullidos de los monos capuchinos o aulladores. Tu olfato se dispara con el olor a la tierra mojada de los bosques nubosos y con el inconfundible e intenso aroma del café de Costa Rica. La vista se te agudiza en medio de la selva, intentando localizar a algún perezoso, serpientes, cocodrilos, tapires y con los inigualables atardeceres del Pacífico. El tacto se aviva al sentir la lluvia tropical en tus manos o al acariciar los arbustos y árboles de tamaño colosal. Y, por último, tu gusto se despierta con el sabor de las frutas tropicales como la piña, con sus platos típicos como el gallo pinto, los tamales y con una Imperial (cerveza) bien fresquita.
Este derroche de naturaleza se traduce en 32 parques nacionales, 51 refugios de vida silvestre, 13 reservas forestales y 8 reservas biológicas. Con estas cifras, entenderás que es imposible hablar de todos ellos. Por eso, hemos hecho una selección de nuestros “must have”. Pasen y vean…
La intensidad de Corcovado
Si quieres vivir una experiencia única en el bosque lluvioso tropical primario más grande del mundo, tu destino es el P. N. Corcovado, al sudoeste de Costa Rica, en la península de Osa, uno de los lugares más remotos del país.
Este observatorio de biodiversidad único, bordeado por las aguas del océano Pacífico, fue creado hace 45 años para proteger la región de los buscadores de oro, y con los años se ha convertido en uno de los destinos ecoturísticos más conocidos del país.
En sus más de 42.000 hectáreas de lagunas, ciénagas, manglares, ríos, bosques húmedos y nubosos de baja altura, así como en sus 46 kilómetros de costas arenosas, conviven más de 6.000 insectos, 140 especies de mamíferos, 400 especies de aves (20 de ellas endémicas), 116 especies de reptiles y anfibios, 40 especies de peces y al menos 500 especies de árboles. El Parque Nacional de Corcovado es considerado el lugar con mayor concentración de especies de flora y fauna del país. No en vano la conocida revista National Geographic le ha calificado como “el rincón más intenso de todo el planeta, biológicamente hablando”.